sábado, 21 de julio de 2012

Historia de cantina.

Enamorarse de la persona incorrecta, tenerla, desarrollar sentimientos únicos y luego dejarla ir. Observar como camina hacia el horizonte, sentirse clavado al suelo, sentirse mudo y no poder detenerla. Luego inútiles lamentos  acompañados de un majestuoso y dulce recuerdo detonan consigo una explosión de pastillas y alcohol. Pero el recuerdo no muere, es un fantasma encadenado a la mente. Esto ya se acabo. Traeme otra botella, José.
-enseguida, señor.-
Luego caes intoxicado, te desmayas y duermes entre 23 y 25 horas, despiertas y sientes a tu cabeza irse corriendo por un campo minado, y explota, explota y explota otra vez. Y ese fantasma aún sigue ahí cuando despiertas. Sirve un trago José. !No¡. Sirve dos, te tomaras una trago conmigo.
-Listo, señor.-
Escuche lo que le voy a contar, es una historia triste. Aunque no se moleste en oír voy a continuar. Fue un amor que no tuvo futuro, un amor que encontré en una mujer común, pero que de alg...-¿Señor? ¿Se encuentra bien? Parece que ya esta muy ebrio. ¿Quiere que le llame un taxi?-
Sí José, gracias. Eres un buen cantinero. Nos vemos mañana.